TALLER de LITERATURA del Instituto Cervantes de Moscú

Rosa María Jiménez

 

 

Mi autobiografía

 Nazco de una relación en el 47. Desde entonces anhelo consciente o inconscientemente un vínculo con mi alrededor, con la gente y conmigo misma.

 Empiezo a expresar esta necesidad en mi pubertad escribiendo mi diario y poemas.  Después, y todavía ahora, a través de cartas continúo alimentando esa especie de fuego y viento que abrasa mi alma.

 A finales del 2003 en Moscú, descubro el grupo de las infinitas y esta es la chispa que provoca la descarga eléctrica.

 

  POEMAS

NARRACIONES

 

 
Autores Biblioteca Foros

 

POEMAS

 

Dos mujeres corriendo en la playa (Picasso)

 

Banderas rizadas de noche

Oleando al aire: ¡Así sois!

Rostros buscándose el alma

Sin descanso: ¡Así vais!

Alas de aviones

Cruzando el infinito: ¡Así hacéis!

Senos y pezones

De fieras hambrientas: ¡Así buscáis!

 

Tallos enredados

                            En caderas llenas

Nalgas frondosas…

                               Muslos que trepan sobre

Arenas que danzan:

                                ¡Noche y día!

 

 

NARRACIONES

 

La hora punta  

    

    Aturdida y embutida verticalmente, intento sacar la cabeza entre el caldo sofocante y claustrofóbico del tubo subterráneo que vuelve los rostros serios y las miradas vidriosas.

    La vibración metálica y ensordecedora me aísla del vocablo y el vaivén frenético me empuja sin piedad ante una lucha constante de arrebato y freno para no caer encima de otros cuerpos calientes.

    Descubro un hueco a lo lejos con algún asiento vacío, me estrujo entre el tumulto para acercarme… pero me detiene el bofetón pestilente del sudor, el hedor a heces y mugre que desprende un pobre vagabundo tumbado y dormido en el asiento.  

    El sonsonete de una voz pregona la parada: "Mayakoskaya" y una violenta sacudida agita la humeante olla de carne humana hasta el tope. Las puertas se abren de par en par automáticamente y me arrojan en el andén envuelta en una ola de abrigos, bufandas, gorros, botas, guantes, bolsos y bultos. Rápidamente me suelto al caudal de aquel empujón y me pongo a salvo del peligro de ser arrastrada por la otra multitud que apretujándose se avalancha hacia el pequeño huequecillo en el vagón, que queda vacío por algunos segundos.

    Boquiabierta contemplo los andenes atiborrados de gente, el calor asfixiante, los colchones cubriendo el suelo de este gigantesco cañón de rosadas columnas de acero y opacos cuadraditos de coloreados mosaicos de cristal entreviendo la preciosa composición de luces y tonos de creciente a decreciente. Por el pasillo central, quioscos suministrando raciones de pan y leche a colas interminables de niños y ancianos. Bibliotecas y teatros ambulantes recorren el otro lado del pasillo entre ecos de voces y sollozos de esa ciudad subterránea que por su garganta acaba de engullir a medio millón de almas más en pánico, al oír los gritos histéricos de las sirenas proclamando el próximo bombardeo.

 

ИÑпользуютÑÑ Ñ‚ÐµÑ…Ð½Ð¾Ð»Ð¾Ð³Ð¸Ð¸ uCoz